Escribirás una vez más en esta Aurora, niña de Mi Corazón, consolando Mi Corazón dolido.
Escribirás, en un suspiro de amor, por este Corazón Amante de los hombres, que Sufre, y se resguarda en el silencio.
Escribirás hija Mía, desde el latido profundo de Mi Corazón, que retumba en tu corazón, como un golpe que te deja sin aliento, y que escuchas latir con premura y dolor, y dirás:
¡Oh Hijos Míos!, estáis posados, en una humanidad, que se agota por vuestro propio querer, estáticos, como en un desierto, mirando pasar los días en el sin sentido del mundo, atosigados por el consumismo, envueltos “Si”, en la distracción del enemigo, y sumidos banalmente en el pecado, en el desorden de la mente y del corazón, consumidos en la carne, y desbordados en las pasiones; estáis como árboles secos, plantados en el otoño a punto de caer, y camináis aletargados, distraídos y nublados por tanto desamor, indiferencia e irreverencia a Mi Corazón.
Oh hijos de Mi Corazón herido, ¿cuánto esperáis para volver a Mi?, acaso ¿Mi Corazón ha dejado de llamaros?, acaso ¿Mi Corazón ha dejado de esperaros?, acaso creéis, que, ¿Mi Corazón es seco y señalador como el vuestro?, No hijos Míos; una sola palabra de amor, arrepentimiento y enmienda en vuestro corazón, me basta para rescataros, una sola mirada de súplica, me basta para recibiros, un solo gesto de perdón y plegaria, me basta para abrazaros. Os digo, en el ansiar de Mi Corazón Amante, mirad Mi Amor en el Madero, Mirad Mi Rostro acongojado y replicad:
¡Oh! Jesús, Mi Amoroso y Dulce Jesús, te ofrezco humildemente, este cantico de amor, en una plegaria de alabanza, que brota, mirando Tu Corazón Traspasado, sumado, a tanto dolor, Aceptado y Ofrecido por los hombres.
¡Oh!, cuan silencioso Amor, que decreta la Salvación de los hombres, en la derrota del pecado y de la muerte.
¡Oh!, Amor Doloroso, que liberas las cadenas de la esclavitud en el corazón de cada alma.
¡Oh! Verbo Encarnado de Amor, que proclamas el Amor en las creaturas, como Obra Redentora de Tus Manos, y como muestra de Tu Infinita Misericordia.
¡Oh! Mi Amoroso y Dulce Jesús, que restauras todo cuanto se ve, y está pedido, y que Te Donas, como Victima de Amor, en un Acto Sublime de Entrega, aceptando el Dolor del Corazón del Padre, en la réplica de cada pecado, pensado, obrado y omitido, ofreciendo vuestro Sacrificio, como Expiación de Amor, por nuestra infidelidad, nuestro desprecio, nuestro desamor e ingratitud, nuestra indiferencia y desagradecimiento.
¡Oh! Jesús, Mi Amoroso y Dulce Jesús, Ten Piedad, Perdona nuestros pecados, Ten Piedad, sednos Propicio Señor, y Ten Piedad.
Enséñanos Dulce Jesús, a amar con vuestro Amor, la verdad, en cada creatura contenida en esta tierra por amor.
Enséñanos, a abandonar la maldad y la iniquidad de nuestras mentes, de nuestro corazón y de nuestra alma, cuando vaciadas, tocamos el desierto del dolor, en el sin sentido de nuestra condición humana, y dadnos la Gracia de Amor en Ti, para despojarnos de la inmundicia del mal, que nos agobia, y nos aparta de Tu Amor, carcomiendo nuestro corazón, y despojándonos del fundamente de nuestra existencia, que eres Tú mismo.
¡Oh Jesús!, enséñanos, a escuchar Tu Corazón palpitante en el nuestro, para percibir la Fuerza de Tu Amor, Tu Presencia Santificante, Tu Latir Vivificante, la Fuerza de Tu Entrega por nuestro Amor.
¡Oh! Amoroso y Dulce Jesús, como no Amarte y Adorarte, como no Glorificarte y Exaltarte, si tan inmerecedores somos de Tu Misericordia, como no postrarnos ante Tu Presencia, si Tu Corazón se estalla de Amor Viviente, sosteniendo el Universo, y Tu Voz de Amor, resuena en cuanto ha sido creado, para mayor Gloria del Padre, en la restauración de nuestra condición de hijos.
¡Oh! Amoroso y Dulce Jesús, gracias por vuestro Amor, del que no somos dignos; más de Tu Corazón se desborda.
Enséñanos a Amar Tu Amor, enséñanos a extasiarnos en Tu Amor, Enséñanos a perdernos, enamorados en Tu Corazón,
Enséñanos a dejarnos Amar, por Tu inigualable Amor, y despoja de nosotros, todo, cuanto nos impide Amarte, todo, cuanto nos mantiene lejos de Tu Amor.
Te lo pedimos, Amoroso y Dulce Jesús.
Os digo hijos Míos, Os basta una plegaria, una mirada, un acto de Amor, Os basta Mi Corazón; por ello, no seáis esclavos de los hombres, del mundo y de la carne, venid a Mi Corazón, y haceos “Siervos de Amor”, mirad, que la tierra esta reseca, se agrieta y se desmorona; más en Mi Corazón, vuestra tierra estará firme, y vuestro corazón latente; mirad que el tiempo apremia; más en Mi Corazón, no existe en el tiempo; contestad que Os llamo, abrid la puerta de vuestro corazón.
Os digo niña de Mi Corazón, permaneced latente, orante y expectante, que Mi Corazón Os llama, en cada instante de vuestro respirar; manteneos en unión a Mi Amor, desde lo profundo de vuestro corazón. Os Amo, consolad junto a Mi Madre, Mi Adolorido Corazón, Os Amo. Os dejo en la Paz de Mi Amor. 5:54 am