Consagración de la Humanidad al Sagrado Corazón de Jesús y al Inmaculado Corazón de María Plegarias dictadas por el Señor para ser presentadas en el Santuario de Nuestra Señora de las Lajas

Primera Plegaria “Dulce Corazón de María; hermosura entera de la creación, por Tu obediencia y el SI de tu infinito Amor, entrego en tus manos todos los corazones secos y vacíos de la humanidad, para que Tu Oh María los llenes y los sacies de tu Amor y los prepares en el Camino del Amor para la Gloria del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén”.
Segunda Plegaria “Oh Dulce y Eterno Corazón de María; en tu regazo entrego los dolores del más grande y verdadero amor, por el crimen que la humanidad entera ha cometido en la matanza inhumana e inconsciente de tantos niños inocentes en el vientre de sus madres. En tu seno Oh Madre, Abogada nuestra, entregamos el llanto de éstas inocentes creaturas y por sus méritos ante el Cordero Divino, te pedimos, intercedas por la humanidad y aplastes la cabeza infernal de Satanás, para detener el flagelo del Corazón Amado de tu hermoso y Misericordioso Hijo Jesús. Amen”.
Tercera Plegaria “Oh Rosa Mística de la humanidad, que entre la pobreza has visto nacer el Redentor, Dueño y Señor del Universo y de Tu Corazón; pongo en tus manos la intercesión de tu amor por cada alma en la tierra, dominada por el tener y el poder del dinero; enviciada en la corrupción y entregada a los placeres de Satanás, para que seas Tú Reina y Señora de su corazón dominando las banalidades de su corazón y entregando cada una de éstas Almas a los pies de la cruz de tu hijo, Amado y Amoroso Jesús, para el perdón de sus faltas por la ausencia de Dios y la Conversión de sus Almas por la Misericordia Eterna del Padre Celestial. Amén”.
Cuarta Plegaria “Ave María, Salve Reina del Cielo; en tus manos Oh Madre esta puesta tu maternidad desde Juan al lado de la Cruz, mira con bondad a todos tus hijos fieles y seguidores de Tu Hijo Amado Jesús, para que seas Tu Oh Madre Tierna y Amorosa, quien guie sus corazones y camine de su lado en el mundo; protegiendo siempre sus almas contra las insidias de Satanás, en la lucha contra la Fe, la Esperanza, el Amor y la Caridad. Dónales, Tu Oh Madre Dolorosa, la fortaleza y templanza de Tu Corazón Inmaculado para que en humildad y obediencia, se entreguen al Padre Celestial y con sus vidas Glorifiquen y Alaben la obra Redentora de la Cruz en el más grande, único y verdadero amor, Jesús. Amén”.
Quinta Plegaria “Oh Madre Dolorosa, que con tus lágrimas de Amor has enjugado el Cuerpo Sacrosanto de Tu Amadísimo Hijo Jesús, te suplicamos Tu intercesión ante la Santísima Trinidad, por todos nuestros pecados en el Ultraje, Irrespeto, Insolencia, y Desobediencia en contra del Cuerpo y la Sangre del Cordero Inmolado, que tantas veces y tan repetidas ocasiones hemos despreciado con nuestra falta de Atención, de Contemplación, de Adoración y Admiración, no solo en el Altar, sino en las celebraciones Eucarísticas de las que somos participes y en las exposiciones del Santísimo en el mundo entero. Piedad, Oh Madre nuestra, en la plegaria que por la Sangre Bendita del Cordero te elevamos, para que todos los hombres entiendan y aprendan bajo la acción del Espíritu Santo, que la Magnificencia y Omnipotencia del Amor del padre está expuesto, reflejado y depositado en la Gloria de la Entrega del Cordero en el Cuerpo y la Sangre de Jesús, a quien te suplicamos nos enseñes a venerar y a custodia en nuestro Corazón. Madre Mía, Esperanza Mía, Abogada del Amor, en unión a los Ángeles y Santos del Cielo, a todos los Coros Celestiales, te pedimos Perdón por el Crimen cometido a diario en la tierra en millones de instantes que el Cordero en su Cuerpo y Sangre es Ultrajado, Humillado, Pisoteado, Despreciado, Irrespetado y No Adorado. La Bondad y Humildad vuestra Oh Madre Dolorosa, nos enseñe a doblegarnos ante la presencia Salvadora y Redentora del Amor del Padre y en la exaltación del Hijo del Hombre hecho Dios para nuestra Salvación. Te lo imploramos Oh Madre por la obra del Amor, Amén”.
Sexta Plegaria “Padre Eterno, Misericordioso, Dulce y Bueno, por intercesión del Inmaculado Corazón de María, a los pies de la Cruz de Tu Amadísimo Hijo Jesucristo, te traigo todas las ovejas del redil que han abandonado la barca de Pedro y que sucumben en la ceguedad por la negación propia de la Verdad y del Amor. Tú has dicho, “Yo Soy el que Soy, nadie va al Padre sino por Mi”, y para llegar a Ti, vuestra Madre María nos guía con Amor, sin ella nuestro Amor es vano. Te suplico por los méritos de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús, que perdonéis su infidelidad y que en su corazón de la mano de nuestra Consoladora y Tierna Madre, enciendas la llama del Amor para que en brazos del mismo Jesús regresen al rebaño de Tu Eterno y Misericordioso Corazón. Obrad en ellos, el ver y creer en el Único y Verdadero Amor, depositado en la Encarnación de la Santísima Virgen; engendrado en la obra Salvífica de Jesús; en la Palabra que es la Verdad, la Verdad que eres Tú; en la exaltación de la Santa Cruz; en la Ascensión del Mayor Amor a los Cielos siendo tres personas en una “Padre, Hijo y Espíritu Santo” para la Glorificación Eterna del Padre, en la Coronación de nuestra Amada Madre como Reina Universal de Todo lo Creado y en cada regalo de Misericordia, Bondad y Piedad que has otorgado a la humanidad entera. Amén”.
Séptima Plegaria “Oh Madre Inmaculada, Dolorosa, Abogada y Tierna Madre, a tus pies entregamos el mundo entero, para que por Tu intercesión ante la Cruz de Tu Hijo Amado Jesús, con tu Maternal y Dulce voz, entregues nuestro arrepentimiento y suplica de Perdón, por todas las guerras entre los pueblos que hasta hoy se han desatado y por todas las guerras que se desatarán a causa de la desobediencia, egoísmo e inhumanidad del hombre. Entregamos a Ti Oh Madre Dolorosa, el dolor por tantas y tantas muertes ocasionadas por la guerra, así como el dolor y el rastro de sufrimiento de tantos corazones que han sido víctimas de ellas. Te pedimos Oh Madre Dolorosa, entrega éste dolor en el calvario de Tu Divino Hijo, para que por los méritos de su Cruz y Resurrección, el Padre Eterno se compadezca y envíe su Espíritu Santo para que reine la Paz y la Unidad entre los Pueblos y comprendamos que como Cristianos somos uno desde el Bautismo y nuestra hermandad debe sostenerse en la Fraternidad y en el Amor entre nosotros. Que la Misericordia del Padre Eterno, se desborde sobre la humanidad por ésta súplica de Amor que nace desde el Corazón de Jesús en la Obra del Amor en la que estoy encomendada. Te lo imploro Oh Madre Dolorosa por las virtudes de Tu Inmaculado Corazón, aboga por nosotros que tanto necesitamos tu protección e intercesión. Amén”
Octava Plegaria “Oh Madre Inmaculada y Soberana del Corazón de Jesús; se Tú Oh Tierna y Obediente Madre quien interceda ante el Padre Celestial, por cada Sacerdote en el mundo, que teniendo sus manos consagradas a la obra salvífica de Tu Amadísimo Hijo Jesús, necesitan tanto influjo del Espíritu Santo para conocer el pecado y detestarlo, para arrepentirse y alejarse de las insidias del enemigo y mantenerse firmes ante la tentación. Se Tú Oh Madre Humilde, Doncella de Nazaret, quien con tu ternura toques el corazón de tus hijos escogidos y los traigas a los pies de la Cruz de nuestro Único y Amoroso Salvador, para que sus almas no se pierdan y renueven en la Sangre del Cordero su entrega apostólica, para vivir con dignidad y verdadera entrega el camino del calvario que Tu mismo les enseñaste en el pastoreo del rebaño que dispones y dispondrás en su recorrido y desde sus propios corazones para la salvación. Infunde en ellos cada día Madre Amorosa, la llama del Amor del Espíritu, para que se mantenga en ellos la luz del discernimiento y de la verdad, obrando en sus propias manos el descenso del Amor para cada oveja del rebaño que tengan a cargo por voluntad Divina de nuestro Padre Creador. Se Tú madre Dolorosa, intercesora del Amor, quien aplaste la cabeza de satanás en cada siervo consagrado que se haya desviado del Camino del Amor y traedlo de nuevo con Tu Amor Soberano a los brazos de Tu Amadísimo Hijo en la Cruz del dolor para la purificación de cada uno de sus corazones. Madre Amable y Admirable, recibe desde el corazón del Amor de los Amores, esta plegaria de intercesión por los méritos de tu Dulcísimo Niño Jesús, para que como niños vuelvan a Tu Corazón todos los hijos sacerdotes que el mundo habitan y renovados en tu Amor vivan con fidelidad al Padre la entrega de sus manos en el camino hacia la Redención eterna. Amén”
Novena Plegaria “Oh Tierna, Oh Dulce, Oh Dolorosa Madre del Niño Jesús, que en tu seno amamantaste el Amor de los Amores y por Tu Pureza fuiste dotada de la Gracia de la Encarnación, recibe ésta Súplica de Amor por todos los niños que habitan el Mundo y por todos aquellos que vendrán a habitar la Tierra, para que presentes al Padre Eterno en el nombre del Divino Niño Jesús, ésta plegaria de Arrepentimiento y de Perdón por todos los horrores y dolores que la humanidad ha causado en los niños del Mundo Entero. Perdona nuestra incoherencia, nuestros atentados al Amor, nuestras injusticias, nuestra desobediencia y desatención, nuestro maltrato y abuso, nuestro mal ejemplo contra la inocencia, nuestra falta de Amor, nuestra indiferencia ante el dolor, nuestro desagradecimiento por la Vida, nuestra incongruencia y nuestro contante desinterés. Perdona Oh Padre Santo, porque no hemos valorado el Don de la Vida en nuestros niños y hemos atentado en ellos mismos, éste Don de la Vida en todas las formas posibles desagradables a Tu Vista; negando Tu Obra Salvífica de Amor. Te Suplicamos Oh Madre, que nuestro Arrepentimiento sea suficiente para enmendar con Amor, por Amor y en el Amor todo el daño que hemos causado a cada niño que habita en la Tierra, y en todos aquellos que has recibido en tus propios brazos en el cielo. Te suplicamos perdón por todas las Almas de los Niños Condenados a causa de nuestro propio comportamiento y ejemplo. Se Tu Oh Madre Inmaculada, dueña y Señora de cada niño en el mundo. Te Consagramos a Tí junto al Corazón Sagrado de Tu Hijo Jesús, cada niño que habita en la Tierra, cada hijo engendrado en los vientres de las Madres y cada niño que por obra Eterna y Misericordiosa del Padre vaya a ser engendrado en la humanidad; para que Tú Soberana María te poses en sus corazones y los lleves día tras día por el camino de la salvación hacia los brazos de Jesús, custodiados en la protección y el amor de tu manto, con la alegría del Niño Jesús, portadores siempre de la fe y la esperanza en la única y verdadera fuente de la felicidad y el Amor, Jesús”. Amén
Décima Plegaria “Oh Adorada y Soberana Reina del Cielo y de la Tierra; presentad por intercesión de San Miguel Arcángel, ésta súplica de Amor, Arrepentimiento y Perdón, por todos los corazones de los hombres que en su voluntad, en su ignorancia o en su ceguedad han sucumbido en los actos de negación de la existencia de Dios, creyendo tener el Poder de dominar la Tierra, creyendo tener el Poder de gobernar la creación entera donada por el Padre Celestial, creyendo tener autoridad sobre la vida misma y creyendo ser como Dios en la búsqueda de la idolatría y la vanagloria de la Mundanidad y del Pecado. Doblegad y reprended Tu misma Oh Madre del Creador, cada uno de éstos corazones y depositad en ellos junto con San Miguel Arcángel el dolor de la ofensa al Padre, el arrepentimiento de un corazón contrito y humillado y la enmienda del amor en reparación de sus actos. Se Tu Oh Madre del Salvador, quien aplaste, por los méritos de Tu Amadísimo Hijo Jesús, la cabeza de Satanás en sus corazones para que la Sangre del Cordero Inmaculado en la Cruz, limpie, bañe, purifique, selle lave y vivifique éstos corazones y toda la humanidad vuelva al redil del Amor en la Adoración, Glorificación y Exaltación del Único y Gran Dueño del Universo nuestro Dios y Señor; Padre Todopoderoso, Creador del Cielo y de la Tierra, Santo, Uno y trino; Benignísimo Dios y Señor nuestro Jesucristo. Que por tu intercesión Virgen Prudentísima, ésta súplica sea presentada y escuchada a los pies del Padre Celestial, en favor de ésta humanidad agobiada y doliente que quiere librarse de las insidias del enemigo y entregarse por completo al amor y al servicio del Padre en el cumplimiento de los designios de su corazón”. Amén
Onceava Plegaria “Inmaculado, Puro y Doloroso Corazón de María, con la virtud de la obediencia presenta Tú ante el Padre Celestial, ésta súplica de Perdón por el desprecio del Espíritu Santo en todas y cada una de las Almas que con su Inmoralidad, Impureza, Desobediencia, y Desorden han apartado la llama del Amor de Tu Amadísimo Hijo Jesús y se han entregado a las garras de Satanás obrando en contra de la naturaleza y abusando la creación en todos los pecados de lujuria que por sus pasiones desenfrenadas atentan contra la carne. Oh Señora Mía, Oh Madre del Buen Consejo, intercede por éstas Almas entregadas a la perturbación de sus mentes, corazones y cuerpos que viven sin el Espíritu del Amor y que están sometidas por el enemigo a los vicios de la perversión. Reprende Madre Tierna, estos corazones, para que por tu intercesión se arrepientan y pidan perdón al Padre Eterno, para que enmienden sus vidas y puedan desprenderse de la esclavitud del Pecado en la Obra Satánica más poderosa infundada en la Tierra. Aplasta Tú, Reina y Señora del Cielo y de la Tierra, la cabeza infernal de Satanás, para que la humanidad entera vuelva a recibir la Pureza de Tu Propio Amor y sean reparadas todas las ofensas y dolores causados al Corazón de Jesús por el desprecio y el descuido del Espíritu de Dios en cada Corazón. Se Tu misma Madre, Virgen Prudentísima, mediadora de este encuentro de reconciliación entre todas las Almas que por su comportamiento han herido al Espíritu Santo del Amor, al punto de hacerlo separar de sus cuerpos por el flagelo del pecado en la impureza y la inmoralidad de la carne. Te lo suplicamos Oh Madre del Salvador”. Amén.
Doceava Plegaria “Oh Preciosísima, Obediente, Dulce, Serena y llena de Gracia Virgen María; Intercesora y Abogada del mundo; Señora de Todos los pueblos, presenta Tú, Digna ante el Padre Celestial, ésta plegaria de Auxilio, para que por mediación de Tu Corazón, El Espíritu Santo descienda sobre la humanidad entera; para limpiar, purificar y desterrar la corrupción de los corazones de todos los hombres y se acabe por fin la proliferación del pecado, de la maldad, de la injusticia, de la inmoralidad, de la inhumanidad, del maltrato, de la esclavitud, de la soberbia, de la desobediencia, de la tibieza, de la guerra; para que por fin se acabe la falta de Amor y renazca en los hombres la llama viva y encendida del Corazón Sagrado de Tu Amadísimo Hijo Jesús nuestro Señor, Dios y Hombre Verdadero, quien por su infinito Amor ofreció ante la Santísima Trinidad su Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad para el Perdón de los pecados y se entregó como Cordero de la Salvación para la Gloria del Amor del Padre. Se Tú Oh Madre Nuestra, Corredentora del Amor; por el Amor, con el Amor y en el Amor de Tu Encarnación, la intercesora de ésta plegaria de dolor, para aplastar con Tu Gracia la obra infernal de Satanás en la Tierra. Te lo suplicamos Oh Virgen María por Jesucristo Nuestro Señor y Salvador. Amén”