Mensaje del 23 de Marzo de 2016. 1:28 am

Escribe hijita, te he mostrado en sueños una imagen de Mi Amor en la que podéis verme sentado en una roca con la contemplación de un niño que muy pequeño se postra ente mis rodillas y posa su cabeza en ellas tomándome de la mano y te he hecho sentir hijita que así quiero que muchos me vean y me veneren de esta manera en cada instante; en tu corazón habéis sentido que el momento que Yo lo permita y ordene así manifestarás la obra del Amor, con las palabras que mi Corazón te otorgue y en el momento en que Yo lo permita y a quien Yo lo permita; pues bien hijita efectivamente así será cuando Mi Padre lo ordene; por ahora,  quiero que Os quedéis con la enseñanza del Amor en la que como niños debéis contemplarme, acompañarme, suplicarme y amarme, con la ternura y la sencillez del Alma en la que un niño del Amor se entrega para suplicar por los sentimientos puros de su Corazón; porque en ellos no hay malas intenciones sino anhelos de Amor en los que se espera en el cumplimiento de un sueño y con toda confianza lo entregan a mis manos para que Yo se los otorgue; en ellos no hay ansiedad por el desamor, porque confían en el Amor del Padre como símbolo de la unión de Jesús con su Padre protector y por ello abandonan su petición en Mí y se van felices porque sienten que con mencionarla ya está escuchada y se les otorgará; así Os quiero a vosotros hijitos; como niños ante mi presencia; no sólo en la súplica sino también en la adoración con la alegría de cuidar y obedecer ante la exhortación del Padre y aun así con la inocencia y la tristeza que muestran cuando son participes del dolor. Sed como niños hijitos y velad conmigo en esta víspera de Mi Pasión, como niños en la obra, como niños en oblación y abogad por los niños vivos y no nacidos que necesitan tanto de Mi Amor porque en ellos y por ellos también entrego a diario Mi Corazón y vosotros los despreciáis, los maltratáis y los ultrajáis sin importar la obra de la creación de Amor en cada uno de ellos. Entregadme los niños que están sufriendo en carne viva Mi propia persecución y el llanto de sus corazones en pos de súplica,  porque no entienden que pasa a su alrededor y aún se preguntan cuál será su suerte cada día que anochece y cual su espera cada día que amanece; pobres mis Almas inocentes por las que pagará la tierra con tanto dolor; hijita el mundo que he querido me busque y me adore como niños se perdió en la desobediencia del corazón y la desolación del amor; si queréis que Mi Padre os escuche vuestras súplicas, debéis volver a ser niños en las intenciones y en el Amor sincero y puro de vuestro corazón; sientes el peso de tus manos hijita; pues bien entregádmelas como un niño y ofrecedlas día tras día para la obra de Mi Corazón; y no dudéis ni un instante confiad como un niño en la obra del Padre para la Gloria de Dios. Recuerda hijita Todo bien llega, Todo Mal se acaba, Todo viene y Todo pasa pero solo Dios basta. 1:54 a.m.