Mensaje del 9 de mayo de 2016. 3:45 am

Escribe hijita Mía, aquí Estoy una vez más, en la Obra del Amor, vaciando en tus manos, pequeñas pruebas del Amor del Padre.

En esta aurora de contemplación a Mi Amor, te he permitido sentir la fuerza del Amor en tus manos, en una minúscula prueba, en la que te he dicho hija Mía, que no existe nada en la tierra con lo que humanamente se pueda comparar la fuerza del Amor del Padre por la humanidad entera.

He tomado este ejemplo en tus manos, para que entendáis un poco, lo que quiero deciros; en tus manos sientes una fuerza que se atrae con una inexplicable intensidad, como si en cada mano tuvieses dos imanes que se atraen, pero en cada uno de ellos, se emana tanta fuerza, que esa misma fuerza no permite unirlos; el centro y punto de encuentro de esta inigualable fuerza, es Mi Sagrado Corazón, del cual brota la Sangre y el Agua, que por Misericordia del Amor, aún sostiene al mundo; por ello hijita, quiero que en esta aurora, me acompañes en la súplica del Amor, para que invoquéis la presencia Viva de Mi Dulce y Tierna Madre en vosotros, quien ha sido participe de la fuerza del Amor del Padre con el Espíritu Santo, en la Obra de la Encarnación del Salvador.

Ella llena de Gracia, “María”, Os guiará y Os enseñará el Camino del Amor, unida al Espíritu Santo, porque el Soplo de Dios que habito desde su Corazón Inmaculado y Su Vientre Puro, donó en Ella, la Gran y Única Verdadera Obra del Amor hecho Hombre, para la remisión de los pecados.

Yo Os he anunciado Mi Regreso niña Mía, porque el tiempo es corto para vosotros, aunque para Mi Padre, “Todo” este en la Eternidad y nadie sepa el día ni la hora, quiero advertir como lo ha hecho Mi Madre, la copa ya rebosa y la Ira de Dios por el pecado de la humanidad es inminente; por ello hijita, velad con Mi Madre María, unid a Ella vuestra súplica, para conocerla y seguir Su ejemplo, obrad en el Amor de la humildad y la obediencia a ejemplo de Su Dulce y Dócil Corazón.

Ella es Fuente de Inspiración del Padre, en quien el Espíritu Santo se complació y se complace como Reina y Señora del Cielo y de la Tierra, sed todos hijitos de Mi Madre, hermosura de la Creación; postraos en Mi Amor, desde los brazos de María y acompañad en Ella, los Dolores de Mi Corazón; en la espera del Amor, Ella permanece suplicando por la Conversión de las almas, por el Conocimiento de Mi Amor, por la Paz entre los pueblos y por las advertencias de Mi flagelado Corazón; pero muchos no la escucháis, y han desobedecido las intenciones de Su Corazón.

Reparad hijita en esta aurora, y orad por la humanidad, merecedora del castigo en la purificación; clamad por la Misericordia del Padre, la Misericordia de Mi Sagrado Corazón y unid vuestra plegaria al Corazón Inmaculado de Mi Madre, que Os espera Mi Niña, en cada aurora a Mi lado, para acompañar Mi Corazón. 4:08 am