Mensaje del 6 de junio de 2020. Jornada de Oración, víspera de la Fiesta de la Santísima Trinidad

Mensaje de Nuestro Señor Jesucristo

Hijos, Os digo:

Sed pacientes y fuertes, en la Confianza de Mi Corazón, en la Confianza de Mi Amor, en la Confianza de Mi Palabra; porque el Ojo de Mi Padre, que se ha posado y se posa sobre cada hombre, es el Ojo de la Justicia; pero debéis entender, que sigue siendo Mi Cuerpo, Flagelado, Ultrajado, Afrendado y Maltratado, el que Recibe, Soporta y Encarna el Dolor de vuestros pecados, el Dolor de vuestra indiferencia, el Dolor de vuestra necedad.

Es hijos, el Amor hecho Vida, el Amor hecho Carne, el Amor hecho Sangre, pero también debéis entender, que es el Amor hecho Justicia.

Veréis destrucción, sufrimiento, destierro, llanto, desesperación, desesperanza, confusión, porque el hombre, no tiene su mirada puesta en la Eternidad, sino que se ha posado en lo inmediato, en aquello que es fácil y que permanece pegado al mundo.

Es tiempo hijos, de Sacrificio, pero muchos de Mis hijos no están dispuestos a este Sacrificio; el egoísmo de satanás, se ha posado y ha inundado el corazón de muchos de Mis hijos, y es allí, en la falta de caridad de vuestros corazones, donde dejáis habitar la inmundicia del mal, y mientras tanto, Mi Corazón, recibe vuestro desprecio, por eso hijos; no es necesario más tiempo, es el llamado “ahora”, en el escudriñamiento de vuestros corazones, en la mirada de vuestras almas, en la espera de vuestro corazón dispuesto y entregado para Mi Corazón.

Nada se hará esperar, ajusticiando el hombre, nada hijos, y es la fuerza destructora del mal, que buscará arrasar con tantas almas; éste es el llamado, el llamado de los llamados, para que muchos, cobijados en vuestras plegarias, sean amparados y auxiliados en el regreso de sus corazones a Mi Corazón.

Este es el tiempo de la plegaria, es el tiempo del ofrecimiento de Mi Sangre, por la conversión de los pecadores, este es el tiempo, de la reparación, de la expiación, es el tiempo hijos, por eso Os llamo y exhorto vuestro corazón, porque, aunque uno solo de vosotros, eleve una oración de verdadero amor a Mi Corazón, por uno de vuestros hermanos, será escuchada, será obrada y será multiplicada, en el Triunfo del Amor de Mi Madre.

Hijos, este tiempo, no es en vano, y Mi Corazón, que lo vive en la Cruz, reparando vuestra indiferencia a Mi Amor, es el tiempo de la Espera, por eso Os digo, habladme con vuestro corazón; pedid el despojo de vuestros apegos, pedid el despojo del pecado en vosotros, pedid el despojo de la falta de fe, de la falta de amor, pedid el despojo de vuestra desesperanza, porque Yo Os sostendré, aunque veáis desterrar y caer muchos a vuestro lado; y aunque Me Duele, cada hijo que se separa de Mi Cuerpo, Yo Os digo, es vuestro corazón, el que permite esta separación; ¡Cuánto quisiera, que ni uno solo de Mis hijos voluntariamente se fuera!, pero no es así, no es así hijos, y aunque seáis pocos los que me llaméis con amor, podéis hacer mucho, suplicando con verdadero amor por vuestros hermanos.

El Poder hijos, malentendido por los hombres, mal usado, en su ego, es el vicio que está exigiendo el juicio para el mundo, por eso, debéis orar, junto a Mi Corazón, con verdadero dolor, porque se acerca la hora, y sufrirá vuestro corazón, Si, vuestro corazón sufrirá, porque estará unido al Sufrimiento y el Dolor de Mi Corazón.

Cuanto quiera deciros que será fácil este caminar, pero no lo será, no hijos, cargareis vuestra cruz junto a mi lado, pero confiareis en la Mirada de Mi Madre y el Auxilio de Mi Padre, cada vez que veías y que sintáis Mi Dolor, diréis:

“Déjame Oh Mi Jesús, cargar contigo esta cruz, y dame la gracia de Tu Espíritu Santo, en la Fortaleza, en la Fuerza y en la Perseverancia, para llegar contigo hasta el final, al Triunfo del Inmaculado Corazón de Tu Madre Santísima, y al Gozo del Encuentro Con Tu Sacratísimo Corazón”.

Hacedlo hijos, y pensad en Mi Amor, pensad siempre en Mi Amor, como debéis pensar en Mí, en cada mirada a vuestro hermano, en cada palabra, en cada gesto, en cada acto de amor y de caridad que aflore en vuestro corazón, porque Soy Yo mismo, dejad que se revele Mi Amor en vosotros.

Yo Quiero, ser uno con cada uno de Mis Hijos, transparentar en ellos, transparentar en vosotros Mi Amor, dejadme hijos.

Te responderé a ti hijo Mío, como me lo has pedido:

Podéis creer que eres un siervo pequeño, podéis creer, que no hablo a tu corazón, más Yo te digo: De los más pequeños, se ha valido Mi Corazón desde siempre, tu nombre ha sido escrito, igual que cada palabra en tu predicación; confiad, porque la Gracia que habéis recibido, por Mi Amor, como todos Mis Hijos Sacerdotes, no se iguala, ni existe semejanza en la tierra, es Única, Santa, Irrepetible, e Inigualable. Si en tu corazón, la haces pura, entonces es pura, pero si en tu corazón abriga la duda, por pequeña que sea, entonces hijo, opacas la pureza.

Yo Os he dado la Verdad, porque “Yo Soy la Verdad”, como la Palabra, y vosotros sabéis que “Mi Padre es la Palabra”, y en la Trinidad Sacrosanta del Amor, somos Uno, en la Palabra que se hace Verdad, y así hijos, se multiplica, en cada Sacerdote; por eso, hiere tanto Mi Corazón, vuestra duda, vuestra falta de empeño. Hijo, pedid por vuestros hermanos, como si fuese vuestro propio corazón, porque sois vosotros, los comandantes de este ejercito espiritual y de amor que se ha puesto en la tierra, para este tiempo, en esta lucha espiritual, entre el bien y el príncipe del mal.

Seréis Victoriosos con Mi Amor, pero también hijos, saldréis heridos, porque es necesario, más Yo, Os sostendré, y Os llevare conmigo al Aposento de Mi Corazón.

¡Cuánto Os Amo!, ¡Cuánto Os Amo!.

Os Bendigo, En el nombre del Padre, En el Nombre del Hijo, En el Nombre del Espíritu Santo. Amén.

La Custodia de Mi Amor Os da la Paz, la Custodia de Mi Amor, Custodia también vuestro Corazón.