Escribe hijita, “Oh Amadísimos de Mi Corazón”, cuanto Os espero en el llamado del alumbramiento de vuestras conciencias cada vez que pensáis, así sea por milésimas de segundos en Mi Amor.
Os espero porque en la conciencia conocéis vuestras realidades de actuación y siempre Os cuestiona el resurgir de vuestros actos desde la bendición del bien o desde la maldición del mal; vuestras conciencias hijitos son la puerta del llamado para entrar a dominar con Amor y Ternura vuestro Corazón; por ello, esta anunciado que el llamado se hará primeramente a la conciencia del hombre en la prueba de la purificación.
Aguardáis desde ya esta prueba en vuestro caminar, porque el tiempo se agota para vosotros; Mi segundo llamado en esta aurora de amor entregada para derramar la gracia de la Misericordia y la Piedad de Mi Padre Eterno y Mi Amantísimo Corazón; es la entrega de la humildad en el abismo del querer ser los últimos, de doblegar vuestras pasiones humanas y en obediencia aprender a donar en humildad vuestro cuerpo, mente, alma y corazón con el desprendimiento de la vanidad, de la soberbia, de la insolencia, del ego, del sobresalir, de la perfección, de la adulación, del murmuramiento; solo con la disposición y abandono por ser los últimos pero cumpliendo la voluntad de Mi Padre Eterno, obrada desde Mi propio Corazón.
Recordad hijitos, Mi segundo llamado en esta noche de verdadero amor y escuchad con mucha atención Mi tercer llamado en la obra de la Santísima Trinidad para la Gloria del Amor; contempladnos en el silencio de vuestro corazón, silenciad vuestras almas y otorgad vuestra inquietud en la conciencia y bajo la humildad de vuestro corazón una contemplación de adoración en el silencio para que con el Espíritu Santo escuchéis la voz del Padre en la misma voz de Mi Amor, porque Yo siempre Os hablo para exhortar vuestro corazón, pero vosotros por caminar en el bullicio y por haber acostumbraros al ruido del mundo, nunca escucháis los designios de Mi Amor.
Aquietad vuestras almas hijitos y escuchadme, que siempre desde el silencio quiero hablaros, pero vosotros no paráis de hablar y perdéis la gracia de escuchar Mi Corazón.
Apartaos en mi lecho de Amor y entregadme vuestro silencio en la contemplación de la entrega y en la gratitud de cada obra de Mi Amor por vosotros. Apaciguad vuestras almas y ofrecedme en el silencio vuestro amor.
El cuarto llamado de Mi Amor en vosotros esta posado en la gracia otorgada para vosotros de aquel que da la vida por sus amigos y Os enseña a orar, para que en la obediencia de la acción orante permanezcáis unidos al amigo del Amor, al hermano hecho hombre, al Hijo hecho Padre Eterno y a la fuente de la Salvación.
Como vuestro amigo Os espero en mi lecho y no sabéis cuanto Os anhelo porque mi lecho “En cada Sagrario”, sea en cada uno de vuestros corazones; ese es el lecho que espero de vosotros, pasando en la purificación de vuestras almas, Mis Sagrarios deben ser cada uno de vuestros corazones y en la oración nos mantendremos unidos para no desfallecer en el cuidado y en el amor de Mi Sacratísimo Corazón.
Os espero hijitos, cada día en oración sincera y de Amor, que renazca de vuestro corazón para Mi Corazón; sed dóciles en esta entrega y obrad con paciencia en la perseverancia de la dificultad o la alegría de cada día, en la gracia del encuentro conmigo, encontrareis el verdadero refugio del Amor y de allí nadie Os podrá perturbar en la fe y en la esperanza de Mi Amor.
La paz del Amor del Padre es la que sostiene vuestros encuentros de oración con Mi Corazón; no abandonéis esta gracia y donadme vuestro Corazón en la plegaria, que Yo Os espero para aliviar vuestras cargas en la Obra de Mi Purísimo y Sagrado Corazón y en mi quinto llamado hijitos, Os llamo a vivir en vuestras vidas un camino de Caridad, en el que obedientes podéis vivir en el Amor, porque quien de vosotros pida caridad, la tendrá en la medida de vuestro propio Amor, pero quien la reciba, debe cultivarla en el amor por vuestros hermanos y servir en ella, para el cumplimiento de las obras del Amor del Padre, porque en la Caridad, encontrareis la gracia de la entrega desinteresada, el abandono del odio, de la vulgaridad, de la maldad, del juzgamiento, de la mentira y también de la Soberbia. Quien tiene Caridad en su corazón, no es capaz de hacerle daño a su hermano y cuida su corazón del Mal, la Caridad hijitos Os deja ver en los demás, el rostro de Mi Amor en los demás y no precisamente porque Yo habite en ellos, sino porque ellos me necesitan muchas veces aún más que vosotros mismos. Fijaos en Mis Palabras de Amor, con aquellos que no me conocen, por ello, siempre Os he pedido a mis discípulos, llevad la buena nueva a donde quiera que valláis y proclamad la Palabra de Mi Amor, para que me conozcan, por ello hijitos, obrad con Caridad, porque siempre quien se cruce en vuestro camino quizá ni me conozca y con vuestro actuar puede empezar a reconocer la obra y la presencia del Amor de Mi Corazón en vosotros.
Sed pues hijitos, misericordiosos como Mi Padre y entended que vuestras verdaderas pasiones en el mundo, deben ser mantenerse unidos a Mi Amor, en la obediencia de Mis Palabras y respondiendo al Padre con el llamado que habéis escuchado para permanecer en Mi Amor.
Os Amo hijitos. Como nunca encontrareis un Amor como el Mío, en ningún rincón del universo entero, nada ni nadie Os Amará como Yo y por ello como Cordero entregue Mi Vida por vosotros, para salvaros de la muerte eterna y poder vivir de nuevo con vosotros en la eternidad de Mi Amor y vosotros sois libres de escoger, pero recordad, que desde Mi Cruz el enemigo fue vencido y desde allí se Os dijo, “la Verdad Os hará libres”, es vuestro libre Albedrío el que escoge el camino de la esclavitud en la Maldad o el camino de la libertad en el Amor y para el Amor, “Esta es la muestra más grande de Mi Misericordia desde la Encarnación, hasta mostrar la Gloria de la Resurrección de Mi Amado Hijo dice Mi Padre”, “Escuchadlo”, y tú hijita, acompañadme en el alba de éste amanecer con vuestro amor y vuestro corazón y contemplad el rocío del Mi Amor en esta aurora de la Fiesta de Mi Amor. 3:30 am