Siendo las 4:37 am, el Señor me ha dicho, escribirás una vez más hija Mía, escribirás para Mi Corazón y replicarás:
Has visto cuán vacío de amor se encuentra en las almas, cuán confundidos y aturdidos permanecen los corazones de los hombres; pues bien, hija Mía, el hombre se encuentra amancillado con el pecado de forma sobrenatural, se ha impregnado de inmundicia en toda la denigración de su condición humana ocupándose en sí mismo de la soberbia de satanás.
El hombre, ha decaído en la inmoralidad hasta el abismo del infierno, adoptando una esclavitud poseedora de la voluntad que aferra el instinto en la aberración y destruye la condición de pureza que por naturaleza fue concebida para cada alma; y por cada alma, Mi Corazón Palpita, por cada alma Mi Corazón Sangra, por cada alma Mi Corazón se Entrega; más el vacío de las almas opaca su unión en el Espíritu, este vacío aparta las almas de Mi Amor. ¡Cuán incontable Dolor de Mi Amor!, tan profundo en Mi Corazón y tan incomprensible para los hombres en el Corazón de Mi Padre, más Yo Os digo:
Hijos todos, acaso ¿Tenéis contados los días de vuestra vida?, acaso, podéis predecir ¿Cuántos días y noches estaréis despiertos para ver la luz de cada amanecer?, acaso, ¿Tenéis la potestad de contar vuestros días y decidir venir al encuentro de la vida cuando queráis?; pues bien, Yo Os digo una vez más, “No sabéis el día ni la hora”, y Mi Corazón Os llamará en los designios de Mi Padre, y una vez más Os dirá en lo profundo de vuestra alma: ¿Dónde están los frutos del amor que fue exhalado en ti cuando fuiste creado?, entonces reposaréis en el recorrido de vuestro existir, en un vacío sin fondo que Os presentará ante Mis ojos como huesos secos y quebrantados, huesos sin vida en almas sin Amor. ¡Oh cuánto Dolor!, cuán profundo padecer hijos Míos.
Os digo en esta aurora, vuestro corazón late por Mi Misericordia, y mientras vuestra vida pasa, vuestras manos aún están vacías; estáis ocupados en las banalidades del mundo, desinteresados absolutamente de Mi Amor; por ello, no se cansará Mi Corazón de llamaros; más el llamado está próximo, está signado para cada alma como un despertar, pero vuestras almas hijos Míos, no están preparadas para este llamado; Os digo entonces:
Miraos dentro, mirad el vacío de vuestro corazón, mirad cuán inconformes permanecéis, mirad cuán duros sois con vuestros actos y palabras, mirad cuán egoístas y avaros, mirad cuán pervertidos permanecéis en vuestros pensamientos y con vuestros sentidos, mirad cuán sucios e inmorales son vuestros actos, ¡Oh hijos!, mirad cuánto desprecio por vosotros mismos y por vuestros hermanos; estáis detenidos en vuestro propio “Yo”, y no sois capaces de despojaros de nada y por nada frente al hermano; permanecéis orgullosos de vosotros despreciando a quien está a vuestro lado, ¡Oh hijos Míos!, escuchad vuestras palabras de odio, de incomprensión, escuchad la suciedad de vuestras palabras, cuán incomprensible es el verdadero lenguaje del amor en vosotros, cuán despreciable vuestra lengua por el maltrato no solo a vuestro propio corazón sino al corazón de todos los que escuchan vuestras palabras.
Oh hijos, escuchad vuestro interior, guardad silencio, para que veáis cómo grita vuestra alma gimiendo por soledad y ausencia de amor, anhelando Mi Verdadero Amor.
Os replico una vez más hijos Míos, ¿Cuál es el verdadero alimento para el alma?, estáis agonizantes sin Mi Amor, estáis enmudecidos, sordos, ciegos, permanecéis mudos sin Mi Amor; entonces ¿Dónde está vuestro corazón?, ¿Dónde vuestro amor?
Os digo almas de Mi Amor, ¿Hasta cuándo?, acaso no habéis comprendido Mi Cruz de Amor por vosotros, acaso no miráis Mi Amor hecho vida para redimiros, entregadme hijos Míos Os lo pido, vuestro corazón, entregadme TODO y venid a Mi Encuentro, venid, porque estáis cansados, agobiados y torturados por el mundo, por la carne, por el desamor, por la soledad, por el miedo, por el abandono, por el maltrato, por la violencia, por el abuso, venid hijos Míos, venid a Mi Encuentro, venid todos a Mi Corazón, que Os espera en el Sí del Amor, en el querer de vuestro corazón, el Sí de la entrega, del arrepentimiento y la enmienda del pecado, el Sí de la voluntad, venid y reconciliados con Mi Amor, venid que Os espero, Os anhelo y Os quiero, ¡Oh hijos Míos!, venid a regocijar Mi Corazón, venid que Os llamo, Os llamo para siempre, Os llamo al Verdadero Amor, Os llamo a la eternidad del único e insondable Amor de Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, Os llamo a la morada del Verbo del Amor, y Os digo:
Apresuraos que el tiempo es ahora mientras la tierra gime, mientras vuestro corazón lee estas palabras, ahora, mientras Mi Corazón Os mira.
Oh hija Mía, consolad Mi Corazón, acompañadlo siempre junto a Mi Madre, orad y amad, cuidad vuestro corazón, y obedeced al Corazón de Mi Madre. Os dejo en La Paz de Mi Amor 5:37 am