Dominus Lesus in te confido
Siendo casi las 3:00 de la mañana, el Señor buscó mi corazón para decirme éstas palabras de Amor:
Ángela, en la gracia del Amor de Dios se posa la felicidad eterna; las gracias que has recibido son obra del Padre para su Gloria; nadie entenderá éstas palabras sin la reconciliación y perdón que viene para la tierra. Yo quiero enjugar las lágrimas de mi Padre cada día porque mis lágrimas en el monte de Getsemaní, no son suficientes para remediar su dolor, por una creación que le ha dado la espalda; que como víboras atacan su amor y mi sufrimiento en la cruz pareciera no ser suficiente. Quiero que ores cada día a ésta hora mi Coronilla y clames al Padre del Cielo, Padre Eterno, Padre Omnipresente y divino, que se apiade de la humanidad y apacigüe el dolor que esta próximo para la tierra. Se obediente Ángela, en la prueba no solo está el dolor, también las gracias de Mi Padre y tú has sido llamada por tu nombre para servir a su voluntad. Paz en tu corazón.
Sanctus Deus, Sanctus Fortis, Sanctus Inmortalis, Miserere nobis et totius mundi.
Sanctus Deus, Sanctus Fortis, Sanctus Inmortalis, Miserere nobis et totius mundi.