Mensaje del 28 de agosto de 2020

Ofrecimiento del Santo Rosario de Difuntos, tomado del Libro “DEVOCIONARIO EN FAVOR DE LAS ALMAS BENDITAS DEL PURGATORIO”, del Padre ANTONIO DONADONI S.J., Pagina 113.

Una vez termina el Santo Rosario, se recibe el mensaje de la Santísima Virgen María

Palabras en Lenguas….

El Ángel dice: Cualquier sacrificio, de pensamiento, de palabra y de obra, se abona y se multiplica por el calvario de las almas, que aun padecen y que permanecen a la espera de la Mirada del Padre en Su Hijo Jesús.

Por ello, debéis pensar siempre, que cada gesto de amor, es como un abono en la tierra, que algún día crecerá la semilla y veréis los frutos marcados, señalados y escriturados en el cielo, por el auxilio de cada alma que ha recibido vuestras oraciones.

En la enseñanza, en el adoctrinamiento y en la preparación de vuestro corazón Os hablara la Madre, Madre del Amor, Madre del Socorro Perpetuo. Escuchadla y recibidla con Amor en vuestro corazón:

La Santísima Virgen María dice:

Hijas de Mi Corazón, un peldaño más en el camino de vuestros corazones a Mi Amor, Os digo en esta tarde, a vosotras como a todos Mis Hijos, despojad vuestros corazones del afán de cada día, de todo aquello que perturba vuestro corazón, porque debéis permanecer unidos al amor, en plena serenidad, en paz en vuestro corazón.

El mundo hijas está invadido de egoísmo, egoísmo que carcome, egoísmo que oscurece el alma, egoísmo, que es la pena de muchos de Mis Hijos y por el cual padecen purificando sus almas. He querido hoy hablaros y mostraros esta realidad que ha enfermado al mundo, si hijas, ha enfermado los corazones de los hombres desatando en cada uno, maneras incontables de ofensa y de negación al Amor de Mi Hijo.

Porque el egoísmo domina al hombre en su propio querer y Os aparta de la hermandad y el Amor al otro, el egoísmo, que domino el corazón de los instigadores de Mi Hijo e hirió no solo Su Cuerpo, sino el Corazón del Padre en Su Propio Corazón, por el querer propio del hombre; por eso Os digo, renunciad hijos al egoísmo de vuestro corazón; dejaos despojar de vosotros esta plaga que carcome y que nubla vuestros corazones; el egoísmo aterra a la tierra, y a todas las creaturas creadas por Manos del Amor del Padre, Si hijos, porque no importa cuánto destruya el hombre en la creación o en otro, con tal de conseguir los empeños de un corazón adormecido y sin amor. No mide el devastamiento en quien rodea sus corazones, no, sino que avanza con pasos gigantes destruyendo todo a su paso.

Os digo hijos, aceptad en vuestro corazón, vuestra realidad en amor, vuestra realidad interna y externa, agradeced por ella y no esperéis más, más de lo que el Padre Eterno Os quiere donar. Si entregáis vuestra vida, vuestra alma, vuestro corazón al amor en la aceptación, entonces la providencia del Espíritu Santo en vosotros se gozará y Os dará más de lo que merecéis, siempre por Misericordia; esperad en Dios hijos, esperad, porque Él es el Verbo hecho acción en vuestros corazones, esperad en Mi Hijo, porque Él es Redentor en vuestro caminar, no esperéis hijos nada del mundo, porque nada bueno brotara de él, nada hijos, porque habéis dejado vuestros oídos sordos a las suplicas de Amor del Cielo y por éste tiempo y un tiempo más, debéis purificar vuestro egoísmo.

Suplicad acompañando a Mi Hijo en el Viacrucis, por el perdón del egoísmo en los hombres y pedid que se restablezca en vuestro corazón, el orden natural del creador, el orden de las gracias y de los dones, para que los viváis en plenitud a imagen y semejanza del mismo Padre Creador. Si vuestra suplica es constante, amorosa y plena, siempre será escuchada. Os hablo con tristeza hijos, porque Mi Corazón sufre junto al Corazón de Mi Hijo y la tierra se prepara aún para mayor dolor y nada se apaciguará si los hombres y sus corazones no se convierten verdaderamente al Amor.

Os hablo como Madre, Os escucho como Madre, y Os recibo como Madre, perseverad en vuestra plegaria, perseverad en vuestra oración. Os Amo y Os dejo estas palabras como enseñanza de Mi Corazón para este tiempo de purificación y espera en la tierra y en el cielo, porque el cielo entero está esperando vuestra respuesta de amor.

Hijas Os Bendigo y Os abrazo desde Mi Seno de Amor, con la Bendición de Mi Hijo y en compañía de Mi Fiel San José, En el Nombre del Padre, En el Nombre del Hijo, En el Nombre del Espíritu Santo. Amén. 

Os Amo hijas, y Os dejo Mi Paz, Os dejo Mi Paz.