Mensaje del 27 de Febrero de 2016 Segunda Palabra en la Cruz 3:23 am

Escribe hija Mía, en la contrición del corazón está la obra del Amor de Dios. Esta noche hijita en el ámbar de la aurora,  quiero que acompañes Mi dolor en el combate del amor por los oprimidos y los privados de la libertad, porque en ellos quiero obrar en Misericordia y en Conversión para forjar nuevos y entregados corazones a Mi Amor. Los sufrimientos de sus cuerpos y los de sus conciencias busco,  para obrar en ellos la obra del amor,  mostrando en ellos el fatídico dolor de la opresión sin libertad y la culpa por la que son juzgados;  porque vosotros lo habéis visto en la Cruz en que fui clavado en medio de dos ladrones,  que por sus propias culpas recibieron un castigo merecedor;  más no por la obra de las manos de los hombres sino por obra del amor de Dios,  para mostraros el fruto del arrepentimiento en la hora del dolor antes de presentarse al Padre.

Ora conmigo hija Mía para que cada alma privada de la libertad en el mundo y oprimida por la asedia del hombre, aprenda a ver en la Cruz la entrega y abandono absoluto en las manos de Mi Corazón y poder repetir en ellos  “Hoy estarás conmigo en el Paraíso”.

Cuan apacible esperanza de amor en Mi lecho, cuando por contrición una sola alma se dispuso en obediencia a la obra de Mi Amor. Velad por todos estos hijos que guardan tanto dolor, resentimiento, y odio en su corazón, porque han sido tomados por el maligno en opresión y porque busca en ellos la desesperación y la total desesperanza en la redención. La culpa hija Mía, carcome el alma,  pero el perdón renueva como el olivo el corazón; Velad por ellos y suplicad para ellos la conciencia de la súplica del perdón y la entrega en arrepentimiento a los brazos de su Salvador. Mi Corazón los anhela para curar sus heridas con enternecido y dulce Amor, para traerlos ante Mi Padre como ovejas rescatadas del rebaño del Amor.

Orad hija Mía, incesante también por la opresión de tantos inocentes que están sujetos a las obras del Engañador, que siendo víctimas mortales en martirio entregan también su corazón; orad por sus peticiones y sus intenciones en el Amor, para que su entrega no sea en vano y la ofrezcan siempre en redención.

Orad por éste flagelo de la opresión y el sometimiento a las manos de los hombres que viven sin compasión,  porque son discípulos del infierno doblegados a las insidias del desamor, que caminan en busca de víctimas para descargar en ellos su odio y su desamor. Orad porque hieren Mis ovejas, hieren Mi Corazón y son sometidas también al martirio del dolor; unid vuestra suplica hija mía también a mi Corazón.

Quiero hijita Mía, estéis atenta a los asechos de tu corazón, porque el  enemigo esta vigilante en busca de tu devastación, preparad constantemente en la oración unida a Mi Amor, en la fidelidad a Mi Padre y en la entrega en Adoración. Recordad que Yo Os sostendré en cada instante,  y velarás conmigo en el dolor para que todo sea para la Gloria de Mi Padre en señal de reparación; permaneced en Mi Amor hija Mía, permaneced en Mi Amor.

En todos los dolores de Mi Corazón habita el mundo y no quiero que se pierda por completo la obra de Mi Padre en la creación del hombre, debéis mantener en pos de súplica por la conversión de las almas, por el regreso al Amor; el tiempo se agota hija Mía, no desfallezcáis en la oración, unid cada día vuestra plegaria a los discípulos de Mi Amor y entregadme junto con mis elegidos, todos vuestros gestos de oblación. Yo Os necesito despiertos, necesito vuestro corazón,  para que en la entrega Os donéis en súplica y oración, ante la Misericordia de Mi Padre frente al castigo de la creación. Velad hija Mía, velad. 3:53 am