Mensaje del 27 de 2016.

Escribe hijita, en el ocaso de cada día hijita, entregadme con amor los pesares de la jornada y los desaires de tu corazón, para que podáis siempre descansar en el lecho de Mi Cruz por la Gracia del Amor y en la espera de la Vida Eterna; debéis hijita, ser perseverante en esta súplica de amor, por el perdón de los pecados de los hombres y la conversión de las almas, y vuestra confianza de amor, debe estar depositada en la Obra de Mis Manos.

Recordad hijita, cada hombre tiene su propia voluntad, y por ello, estáis viviendo las consecuencias del libre albedrío de la humanidad; pero si suplicáis con amor, fe, y esperanza, lograreis la intervención Divina, en el llamamiento de muchas almas.

No Os desaniméis hijita, ante los ataques del Enemigo, Yo estoy contigo y te Protejo; sed hijita, velero del amor para muchos; aunque nadie lo supiese, todos debéis ser veleros de sus hermanos, pero el egoísmo del hombre desata en ellos la excepción de sus propios sacrificios, sin pensar en vuestros hermanos.

Debéis hija Mía, caminar en pos de Mí, en la entrega desinteresada del Amor del Padre en ti; manteneos hijita con la mirada fija en el dolor de Mi Corazón, a gritos Mi Madre, Dulce María y Yo, llamamos a la humanidad en este tiempo a la conversión, y son muchos instrumentos que advierten la purificación; solo la intervención Divina apaciguará la misma destrucción del hombre, por ello hijita, todos debéis doblegar el egoísmo del corazón, y sed copartícipes en la plegaria por todos vuestros hermanos.

Este tiempo es de constante necesidad de súplica, de unos por otros, solo así evitareis en gran medida, que muchas almas se pierdan y se condenen; y este no es Mi Querer hijita; por favor, Os ruego a la humanidad, volved a Mi Amor, volved a Mi Corazón. 3:46 am