Mensaje del 2 de noviembre de 2019. 4:00 am

Niña de Mi Corazón, te he llamado en esta aurora, para hablaros una vez más del Amor.
Si hija, porque quiero decir a muchos de Mis Hijos, que en la Corredención del Amor de Mi Madre que no en poco tiempo será anunciada en la Tierra, se posan todos los corazones servidores de este tiempo; porque en la Tribulación del mundo deben caminar, esperar y sufrir como servidores del Cordero, miembros del Ejército de Mi Madre; más aún, cada acto de desagravio y de compañía en la espera del anuncio de esta Corredención, debe ser activa y consciente del sacrificio y el dolor de vuestro corazón en la espera de Mi Amor; porque estáis llamados como hijos de la luz, a iluminar desde vuestro propio corazón el corazón de muchos con el ejemplo, con el anuncio, con el padecimiento del dolor por ver los acontecimientos del mundo y por vuestro llanto desconsolado en la súplica; pues bien hijos, así como el hombre camina ahora entre las tinieblas y se entroniza cada vez más en el desprecio a Mi Amor, así entonces vosotros siervos Míos, sed propicios a la expiación y orad con inmensa esperanza en la entrega de Mi Madre como Corredentora del Universo Entero, porque el tiempo Os anunciará la verdad y la llegada, y vuestro corazón en firme debe prepararse con abstinencia, con ayuno, con enmienda, con sacrificio, si hijos, sacrificio en el Amor por el otro, sacrificio en el silencio y la oración, sacrificio en la entrega y el desprendimiento del mundo, sacrificio en la súplica y en cada gesto de misericordia con el desvalido, con el que más se encuentra necesitado de Mi Amor, porque Os digo hijos, más de la tercera parte de los hombres que habitan la tierra perecen ahora por su ceguedad y permanecen inertes al sonido de Mi Voz, porque están atados por el Mal, en el ensordecimiento del mundo; es por ello hijos, que en la vanidad, en la vanagloria y en el enmudecimiento de estos hijos, se mantiene solapada la enfermedad de los corazones y allí se consume también la existencia y el riesgo de cada corazón, por perder la vida eterna; entonces Os digo pequeño rebaño, en el tiempo presente veréis mayores y peores horrores, más el Corazón de Mi Madre junto a Mi Corazón Os sostendrá, Os aliviara y permanecerá en vosotros, no solo la esperanza, sino la fuerza del Espíritu Santo para sostener la purificación y librar las batallas espirituales de cada tiempo en vuestro recorrido; así hijos, la luz de Mi Amor Os cobijará, debéis tener y acrecentar en vosotros la fe y repetir en vuestro corazón:

“Señor, yo soy tu hijo, confío, espero y creo en Ti y depositado en los brazos de Tu Madre, la Santísima Virgen María, me ofrezco para Ti, por Ti, contigo y en Ti, como siervo reparador de amor y del ejercito de nuestra Madre; y te pido, que se cumpla en mí solo la Voluntad de Tu Amor en el Amor del Padre, enseñadme Oh Jesús, a preparar el camino en el recorrido hacia la Eternidad, siempre con la mirada puesta en la Cruz, en el culmen de Tu Amor, y que mi corazón se inunde de gozo en cada prueba, esperando el anhelado y eterno tiempo junto a Ti.
Se propició Señor en mi plegaria y escucha mi voz por los méritos de Tus Llagas y del Dolor Redentor que padeciste por mí; enséñame Señor a enmendar y reparar a cada instante, enséñame con el ejemplo de María y llévame contigo un día a la Patria Celestial junto a Tu Hermoso y Amado Corazón”. Amén.

Sed entonces fieles hijos en la estadía, en la oración y en la prueba, porque Yo Os miro, Os escucho, Os cobijo, Os acompaño y desde lo más profundo de vosotros permanezco aunque en el silencio, atento a vuestra voz. Sed valientes y fuertes en la espera, porque allí en la espera, se mantiene también Mi Corazón. Gracias hija por atender el llamado de Mi Corazón, Os dejo en la Paz de Mi Amor. 4:28 am