Ángela escribe, con el corazón iluminado por el Espíritu has visto la gracia de la confianza de su actuar, y también distinguiste la Gloria de Mi Padre en las acciones del Espíritu Santo en los corazones dóciles, en los corazones dispuestos, en los corazones entregados a Mi Amor.
Éstos corazones Ángela, alegran Mi Corazón. En ellos se dejan ver las gracias y frutos que Mi Padre ha permitido donar a la Tierra a través del Espíritu Santo—por ello hija Mía—hoy quiero hablarte de la Confianza que debéis proclamar en la acción del Espíritu Santo cuando permanecéis en la gracia del Amor de Dios.
El Espíritu Santo es el soplo de mi amor en vosotros, y sólo es permitido para el actuar cuando Yo Os he dado esa gracia, porque él es parte de Mi Amor en el Amor de Dios. Sed fieles al Espíritu Santo mientras permanezcáis en la Tierra. Éste es el lazo que conecta vuestros corazones con el Mío; mantened en vosotros la confianza en el seno de vuestro corazón, no sólo en el actuar de vuestras acciones, sino en la conciencia del alma que os advierte y ayuda a caminar por senderos más seguros y en respuesta al llamado de Mi Corazón.
El Espíritu Santo, dona en vosotros todos los frutos de la entrega, para que podáis cumplir en la Tierra con la misión de darse para el hermano en la riqueza del desprendimiento, en la entrega de la devoción al amor de vuestro Padre Dios, en la fuente del conocimiento Sabiduría inmersa del Amor, en la dulzura de una mano amiga para el servicio del buen corazón; en la donación que resplandece en las virtudes de Mi Corazón, en la paciencia de la espera, en la perseverancia del Amor, en la obediencia de cada día; en la escucha y en la atención.
Orad hija Mía y contemplad en Mí la visita constante del Espíritu Santo, que Os anima como paloma viva en vuestro corazón, queriendo llegar volando a los brazos de Mi amor; así Os transforma el llanto en caricias de oblación y funda en vosotros la entrega, abandono en Mi Corazón.
Oh Gracia Viva, regalo eterno del Padre Dios; consuelo de los mortales y sustento de la creación; invocáis siempre su presencia en este camino de oblación y confiad en la eterna alianza de su cuidado protector porque mientras vuestros corazones estéis libres del pecado y su perdición, recibiréis grandes dones, grandes sustentos del creador, entregados en el Santo Espíritu, Santo Espíritu de Dios.
Velad en unión al Espíritu, invocad siempre su presencia en la oración; el antecede vuestras plegarias para hacer presente Mi Corazón; Amadlo y suplicad la gracia de permanecer unidos en el Amor. Estas eran las palabras para tu Corazón; reposad ahora en vuestro descanso y acompañadme luego en la hora del dolor; gracias hija mía por responder a mi Corazón. 12:47 am