Mensaje del 12 de Marzo de 2016 1:50 am

Hermosa de Mi Corazón, en esta Aurora he querido despertarte con el padecimiento del dolor,  por el flagelo del mundo entero,  en el que la Tierra  grita en su creación entera que se derramen castigos de justicia por el desamor del hombre y Mi Corazón contiene los gritos de la creación en la súplica de Misericordia ante el Padre Celestial; por ello hijita,  una vez más Os llamo a la oración,  por el cuidado del hombre en la devastación de las fuentes de la creación, las creaturas creadas en el Amor del Padre también sufren el flagelo del desamor y no quieren aguardaron más; su grito de justicia es escuchado por el Padre y pronto se desatará con más fuerza la respuesta de Mí Padre ante ésta súplica de justicia.

Velad hijita y Os llamo una vez más a permanecer y resguardaros en vuestros hogares el mayor tiempo que podáis; se avecinan tragedias naturales en señal de purificación,  porque un nuevo sello ha sido desatado en el Espíritu del Amor y en  obediencia al Padre Eterno,  y las catástrofes vendrán una vez más azotando al hombre por su propia impiedad.

Ya Os he exhortado hijita,  suplicad Piedad porque la mano de Mi Padre apacigüe su respuesta al grito de súplica por la justicia de la propia Tierra; el mundo se irá preparando en la manera más dolorosa para Mi segunda venida y sólo la oración de intercesión de Mi Madre unida a todos vuestros corazones podrá menguar en parte los castigos que se avecinan.

Orad hijita intensamente, orad por el clamor de padecimiento que en agonía el mundo espera. El hombre ha sido necio y si no vuelve a Mi Corazón no podré salvarlo del flagelo de la Tierra; Yo hijita, no quiero que más Almas se pierdan, es el sentir del Amor del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo y de Mi Madre Inmaculada unida al Cielo entero; pero el hombre es terco y ha abandonado el Amor Eterno, El Amor del Primer Amor, el Amor del único y verdadero Amor.

Lo que veréis hijita es solo el comienzo de la devastación; orad incesantemente y con clamor de Madre para que vuestra súplica se una al Corazón de Mi Amada, Tierna y Dulce Madre.

Sentid en vuestras manos Ángela; el peso del dolor por el pecado del mundo y el peso del dolor de Mí Corazón; preparaos en el Amor; fijaos que la naturaleza reclama por sí misma la devastación en respuesta al maltrato del hombre y como oblación al Amor del Padre por su inmensa e inigualable creación. Sentid los dolores del desamor y orad junto con Mis elegidos por la Misericordia, Bondad y Piedad del Padre en unión al Sacratísimo clamor de vuestra entregada y adorada Madre unida también a Mi Amor; no puedo Os exhortar a más hijita; Velad, Velad, Velad, Yo Os acompaño en la espera y obra en la medida de la voluntad de Mí Padre para la Gloria de su Eterno Amor; acompañadme hijita con las Rosas del verdadero Amor. 2:18 a.m.