Niña del Corazón de Mi Amor, Os he llamado una vez más en esta aurora y Os he dicho con tanto Amor como brota del Torrente del Trono del Padre:
Estas palabras escribirás una vez más, porque estáis escuchando la ignominia del silencio, porque es el tiempo; entonces te inclinarás y te postrarás para Adorar al Padre y para ofrecer tu pequeña, indigna e ignorante reparación por el Dolor de Mi Corazón, porque habéis visto en un pequeño recorrido sobre la tierra, no solo la maldad que habita en el corazón de los hombres, sino la ausencia de Mi Amor en cada hombre, y Os he mostrado esto hija, para que digáis a Mis hijos con las palabras que te he puesto desde Mi Corazón Dolido en el tuyo.
Pues bien, escuchad en el silencio vuestras bocas proclamando la Resurrección de Mi Amor, escuchad vuestros cánticos y alabanzas, escuchad vuestras indignas intenciones; más vuestros corazones están tan vacíos, tan sordos, tan ciegos; estáis viviendo un destierro por vuestra apatía, por vuestro desprecio, Os he pedido que Os vistáis de Sacrificio, que marquéis vuestras frentes con Ceniza, que Os despojéis del mundo, que Os arrepintáis y Os doblegues en señal de Dolor y de Expiación a Mi Padre; más solo veo frutos del engañador en vuestras bocas, proclamando con vuestros labios impuros como tantos fariseos en las sinagogas.
Oh Pueblo Necio que no entiende las señales, llegará la devastación a vuestros pies y, aun así, no la reconoceréis; acaso no habéis visto la desolación de Mi Amor en el tiempo, en la espera de vuestra mirada, y vosotros pueblo corrupto, aún mantiene sus pies aferrados a la tierra; pues Os digo en esta aurora esta palabra:
Cada Creatura que existe y se ha posado sobre la tierra como Creación de Mi Padre, ha ofrecido su Total y Excelsa Adoración a Mi Padre en señal de Amor por la preparación del mundo en este Camino de Cruz que se Os ha dado para que podáis recorrer este Calvario junto a Mí, y para que fijéis vuestra mirada en el Cielo, bajo el cual se Os han dado y se darán todas las señales, para que estéis latentes y atentos a Mi Voz y Mi Presencia en la Segunda Venida de Mi Amor, y vosotros Oh Pueblo Insensato, Os mantenéis como inertes ante Mi llamado, Os mantenéis vacíos, Os falta tanta enmienda, Si Hijos, porque cada hombre en su egoísmo no es capaz de ofrecerse en Sacrificio por el hermano, porque cada hombre se ha ensimismado creyendo ser víctima por sí mismo sin ofrecer nada, ni siquiera un corazón adolorido; pues bien hijos, este es el común de la tierra; estáis siendo presa del enemigo.
Os he dado TODO, Os he mostrado TODO, Os he hablado y aún No Renunciáis al mundo y a sus complacencias; ¿Cuánto más esperáis?, ¿Cuánto queréis padecer?; sabed entonces, que la Resurrección de Mi Amor, que se ha proclamado tantas veces en la Tierra, no ha sido dignificada por los hombres en sus corazones, porque en el primer descuido desgarráis Mi Amor en el pecado y Os abandonáis en la desolación de una vida sin Mi Amor.
Si Mi Corazón gobernase vuestra vida, entonces dejaríais que Mi Resurrección actuara con verdadera plenitud en vosotros y en el mundo en el que se Os ha dado para vivir; más vosotros aún en la prueba no entendéis las señales, no escucháis el silencio y no os habéis dado cuenta, que el tiempo ya está sobre vosotros, y no estáis haciendo méritos de contrición verdadera para recibir Mi Amor; éste tiempo presente es un Al to en Súplica de Amor, y vosotros hijos creéis aún que el Sacrificio del Amor se enjuga en vuestras bocas, pero Yo Os digo; para Amar debéis padecer, debéis sufrir, y debéis doblegaros, y así en la prueba mostráis más la desolación de vuestros corazones, que no han aprendido y no quieren aprender a honrar verdaderamente Mi Amor.
Hija Mía, cada palabra es un lecho, porque abriga y debe abrigar a cada hombre, y esta proclamada en Justa y recta intención, y por ello, te ha sido permitido escribirla.
Os Amo y Os dejo la Paz de Mi Amor; mantened firme vuestra obediencia y escucha, porque así te seguirá llamando Mi Corazón. 5:09 am