Escribe hijita de Mi Corazón; Mis palabras en tu Corazón son dictadas para la obra del Amor, de la misma forma en que son permitidos los dolores en tu cuerpo; la obra de tus manos es la Voluntad de Mi Padre Eterno, desde su infinita Bondad y Sabiduría y custodiada por Mi hermosa y dulce Madre.
Mi Corazón se regocija en el Amor de los designios de Mi Padre y habita con Amor en tu propio Corazón; esta noche hijita, se ha permitido se apacigüe el dolor en ti porque es una noche de contemplación en el Amor; una noche de Purificación desde el Cielo; el agua hijita que cae del Cielo a la Tierra refresca y limpia muchas de las creaturas creadas por Mi Padre Celestial, por ella, se derraman gracias de purificación para la Tierra como una respuesta del clamor de la misma Creación; pero tanta agua de purificación necesita el mundo que si así se permitiera desaparecería la Tierra; entonces contemplad en esta Aurora las muestras de Misericordia del Amor del Padre, velad y orad y acompañadme en ésta Aurora en la Súplica de la bondad y la Piedad por tanta necedad y desobediencia del hombre en el mundo.
Contemplad en esta Aurora Mi Amor, y en vuestra oración hijita entregadme la súplica de la Misericordia por los pecados del mundo entero; ésta devastada Tierra se agota y el hombre sigue adormecido en las comodidades del engañador; y Yo Os digo: sólo la súplica de muchos por la Misericordia del Padre otorgará liviandad en el Castigo que espera la humanidad; porque vuestra iniquidad hombres necios, ya fue pegada con un precio muy alto y vosotros la habéis despreciado; y quien desprecia al Hijo desprecia al Padre, y quien desprecia al Padre también desprecia al Hijo y como Divinidad de una misma Carne, quien desprecia a la Madre, nos desprecia también en la Fuente del Espíritu Santo, tanto al Padre como al Hijo; hasta donde pretendéis llegar pueblo entero, si ni siquiera el tiempo os espera.
Velad hijita, y aguardad en el silencio de tu corazón; entregadme junto con Mi Madre la súplica del Amor. 4:01 a.m.