Mensaje del 11 de noviembre de 2024. 2:34 am

Escribirás ahora niña mía, en el bordel de esta Aurora, en el que Mi Corazón llora, por una humanidad que padece, que gime y gemirá dolores de parto.

Mi Corazón llora por el desprecio de los hombres, por el abandono del Amor, y Mis lágrimas de Amor se quejan ahora de manera profunda en un grito de Amor. Os digo esto hijos Míos, porque Mi Corazón pide Consuelo, el Consuelo de un corazón amante que quiera ofrecerse por amor con amor y en amor a Dios Padre, vuestro Padre, y que quiera unir su dolor a Mi Dolor, ofreciendo junto a Mí el propio Sacrificio del Amor, que se ha hecho Carne Viva para vosotros, y que se entrega en Cuerpo y Sangre por vuestra Redención y Salvación.

Mi Corazón busca un corazón que se sacie de esta necesidad de Amor, implorando por la Misericordia del Amor sobre la tierra, porque todos estáis malgastando vuestra vida y vuestro tiempo, en el sin sentido del tener, cuando lo único y más importante es que tengáis en vuestro corazón el mayor Tesoro que Soy Yo Mismo.

Estáis todos hijos Míos, en un depósito vacío de Amor, rodeados de objetos sin servicio, rodeados de basura, que desde adentro Os daña, estáis aletargados y enceguecidos, estáis tardíos en comprender, y vuestros templos están vacíos por estar buscando tesoros mundanos sin reconocer el único Tesoro de vuestra creación, ese Tesoro inmolado por Amor que dio TODO por vosotros.

Mi Corazón llora y clama misericordia, porque el día del encuentro está a la puerta y Os está llamando y vuestras puertas están cerradas; entonces, Mi Corazón gime, porque las ovejas se han dispersado y el enemigo se está regocijando en muchas ovejas que están sin pastor por vuestro propio querer.

Mi Corazón clama, porque el tiempo Os está llamando a gritos y vosotros no queréis volver al Redil. ¡Oh! hijos Míos, cuánta necedad en vuestros corazones por vuestros caprichos, cuánto pecado, negligencia y menosprecio del Amor. ¡Oh! Hijos, hasta cuando estaréis duros como las piedras, acaso no comprendéis los signos de los tiempos, es por ello vuestra desolación y no habéis encontrado la respuesta; pues bien, Os digo hijos, Mi Corazón llora vuestra desolación, llora por los días que Os esperan.

Mi Corazón llora por el desconsuelo de vuestros corazones, porque estáis como piedras abandonadas, porque sois huesos secos que aún con vida no respiráis, porque vuestro aire es consumido por el mundo, y Os habéis apartado de Mi Amor que Soy el Aire mismo.

Mi Corazón llora por un destierro de amor que proclamáis en la tierra, aun desconociendo la Verdad, creyéndoos dioses del universo, desafiando incluso la naturaleza y el porvenir entre vosotros; ¡Oh! cuánta soberbia en vuestros corazones, y cuánta amargura en vuestro ser; ¡Oh! hijos Míos, Mi Corazón está llorando una vez más lágrimas de Sangre, mirando lo profundo de vuestras almas en la Soledad de Mi Amor; y por ello, Mi Corazón Os dice: ¡Venid hijos Míos, porque este tiempo en la tierra no le pertenece al enemigo, sino a la Misericordia de Mi Corazón, venid y dejaos cobijar, porque con Mi Amor se acabará vuestra búsqueda,  vuestra soledad, vuestro propio dolor, venid, porque de lo contrario, no seréis capaces de soportar vuestra propia realidad de vacío sin Mi Amor, y Os miraréis por dentro con gemidos inenarrables de espanto, entonces gemiréis, y vuestros dientes rechinarán, y vuestro dolor, será incontable

Os digo esto por Amor, Os lo digo, porque es necesario. Os lo dice Mi Corazón Amante, Mi Corazón Adolorido, Mi Corazón Entregad. Os lo digo hijos, porque el odio de satanás os está gobernando y estáis posados en un lodazal de inmundicia y desamor, y aún, a pesar de las señales que Os han sido anunciadas, Os mantenéis aletargados, lentos al orden y dormidos, no estáis conscientes del caos en el que se ha posado la humanidad, en un mundo desordenado, en un mundo que rechaza a Dios, en un mundo sin Amor.

Mi Corazón, por ello y por vuestro encuentro, permanece en vela y llora, anunciando el dolor que Os espera sin Mi Amor; por ello, Os pido Consuelo, Os pido Amor y Os dijo: ¡Venid a consolar Mi Corazón!

Hija Mía, sacrificaos aún más por Mi Amor, sacrificad vuestro propio corazón, y consolad el Corazón de Mi Madre que Os acompaña y que Os enseña, y que también consuela inagotablemente Mi Corazón junto al vuestro. Os dejo niña Mía, en La Paz de Mi Amor, en La Paz de Mi Corazón 3:11 am