Niña de Mi Corazón, te estoy mostrando un Árbol frondoso complacido en Belleza, lleno de fruto y adornado de verde fresco, Si hija como el Sol del atardecer que enaltece la creación y muestra el Amor del Padre Eternamente; pues bien hijita, debes recordar que es el Árbol de la Vida; por ello, en la Palabra del Amor se Os ha dicho, el que abriga bajo la Sombra del Altísimo morara bajo la Sombra del Omnipotente; pues bien hija Mía, cada instante muchos de Mis hijos se desojan en el fruto y desabrigan su amor, porque se convierten en ramas secas, ramas vacías que solo irradian soledad y tristeza, y aunque su aspecto sea lúgubre, gris y desolado, Mi Corazón los Ama y los espera, porque la Sombra de Mi Amor quiere siempre renacer en ellos y cubrirlos de nuevo en el Manantial del Amor que les devuelve la Vida; más sois vosotros quienes os negáis a Mi Amor y permanecéis en el desierto de vuestros propios pesares, dejando a un lado la vida plena; entonces Yo Os digo: “Venid Benditos de Mi Padre que se os ha llamado a recoger la cosecha”, y Os digo, porque no habéis dado fruto si en abundancia Os otorgue la vida y los dones del Amor para que los forjareis como fuentes de la salvación, y entonces vosotros enmudeceréis y cerrareis vuestros ojos y Os dolerá el corazón.
Pues bien, hijos Míos, Os llamo a ser Arboles de la Vid en el Desierto, Os llamo a cubrir la Tierra con vuestro esfuerzo en la riega de la semilla y Os espero hijos en la cosecha, con vuestras manos llenas del Amor del Fruto en la Eterna Primavera de la Vida en Mi Amor. Una vez más Os Custodio como Pastor, esperando por cada uno de vosotros, Mis Hijos.
Gracias hija Mía, por escuchar Mi Corazón y disponer no solo vuestro corazón sino el espíritu del Amor en la obediencia. Os Amo. 6:51 pm