Mensaje del 1 de Abril de 2016. 2:03 am

Escribe hijita, en esta aurora he permitido una vez más compartir el dolor de Mi Amor en tu Cuerpo junto con la inquietud de tu Corazón; éste dolor no es otra cosa que el ultraje de Mi Cuerpo y Sangre de todos aquellos que habiendo sucumbido en el pecado entran en los aposentos de la iglesia

y sin confesar sus culpas participan del alimento de la vida en la donación Eucarística de Mi Amor; y esto lo hacen, porque las puertas de Mi Amor están abiertas para todos esperando el encuentro de vuestros corazones con el Mío en la donación de una Cruz que Os he otorgado para la Salvación; pero aún no entendéis, cuanto aborrezco un Corazón sucio que con plena conciencia de pecado y ofensa se acerca a recibirme sin pedir perdón y reconciliarse conmigo.
Este ultraje de la puerta abierta para el Amor, es el ultraje del desprecio en la misma pasión en el calvario, por la blasfemia y humillación de todos aquellos que aun conociendo mis obras imploraron mi crucifixión; esto mismo hacen los corazones de los hombres que indignamente me reciben y me producen nauseas por su hipocresía y su desamor; vosotros tenéis la fuerza de la historia en Mi palabra, y la conocéis; por ello, habéis sido bautizados en la fe de Cristo, en la fe de Mi Amor; entonces, porque me otorgáis desprecio frente al Altar de Mi Amor, sin lavaros vuestras manos y vuestro corazón para recibir el Pan de la Vida otorgado en Mi precioso Cuerpo y bajo la calidez de Mi Preciosísima Sangre.
No seáis insensatos hijitos, que no conocéis cuanto ultrajáis Mi adolorido Corazón; Yo Os espero cada día, Os anhelo para habitar en vosotros y las puertas de Mi Corazón abiertas de par en par están para vosotros, pero Os suplico no Os acerquéis a recibirme indignamente, porque además de no obrar en vuestros corazones, cometéis un doble pecado de ultraje ante Mi Amor.
En esta aurora hijita, quiero que oréis en reparación de éste ultraje de Mi Amor y que siempre supliquéis por éste flagelo, por todas las almas en el mundo que me reciben indignamente hiriendo Mi Corazón.
Suplicad al Padre Eterno, que estas almas vuelvan al Sacramento de la reconciliación y con la confesión de sus culpas les sea otorgada la gracia para estar dignos ante Mi Presencia.
Reparad hijita por éste triste dolor y pedid la asistencia de Mi Madre en la reparación de cada Eucaristía que es recibida en tantas almas indignas ante Mi Presencia.
Orad en ésta Aurora, acompañando Mi Corazón y entregad vuestro dolor en reparación, para que en la conversión de los corazones que ofrecéis, cada día se otorgue la reconciliación en el perdón de las ofensas y pecados que tantas almas causan a mi adolorido Corazón. Unid hijita ésta súplica en la contemplación de las Rosas del Amor de Mi Adorada y Tierna Madre María. 2:31 am