Mensaje del 06 de Marzo de 2016

Séptima Palabra en la Cruz «Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu» 3:59 am

Escribe hijita; una vez más Os digo, en la obra del Amor del Padre, reposa la obra de Mi Amor y Mi corazón se regocija en la entrega de reparación que hace vuestro corazón y que con Amor se inspira también en la obra del Amor.

Ya Os he anunciado hijita el perturbador te ronda y esta a la asechanza de tu encuentro; mantened en vela vuestro corazón y no permitas que Os quite la paz. La preparación de tu cuerpo y de tu alma son la obra de Mis manos en cada despertar, mientras tanto tú se firme en la fe y la obediencia hijita, en la entrega y en el amor tal como ya Os he advertido.

Las caídas del amor son la insignia de la Perseverancia en la respuesta a la voluntad del Padre y por ello en la paciencia del Amor también prevalece esta prueba.

Servidme hija mía, con amor y entrega absoluta a la voluntad del Padre. Doblegad los dolores de tu corazón y preséntalos antes los pies de Mi Cruz, que Yo Os aliviaré y me encargaré de corregir con Amor el sendero del camino que hemos trazado para ti. Mantén en tu corazón la docilidad del alma en el abandono del amor, en el ejemplo del camino hacia la Cruz, en el silencio del dolor por el ultraje de Mí Corazón y entregadme con amor los desvelos de tu corazón para que Yo pueda dominarlos y moldearlos como el Alfarero de los Corazones desgastados y rotos en la obra de mis manos para la restauración. Entrégame hija tus pesares, que Mi Corazón los espera como el labrador.

No Os angusties ni pierdas la paz del corazón,  abrigad siempre en vuestras manos la obra de la espera en humildad profunda, dispuesta siempre a la Voluntad de Mí Padre que tanto Os ama por quien ha sido escogido vuestro corazón. Acompañadme hoy en el desvelo de la entrega del más grande Amor y decidme “Padre en tus manos encomiendo mí Espíritu. Hazlo tuyo como quieras, donde quieras y cuando quieras que soy obra tuya y me entrego en reparación por toda la creación». Repetid esta plegaria en la entrega de la oblación, en la súplica por los que sufren y por los que necesitan conversión, en la incesante búsqueda de respuestas de desamor  y en el caminar rocoso que a diario también golpea tu corazón.

Eres frágil aún hijita,  porque Yo obro en tu corazón y tu sentir se está labrando en la pureza del Alma en señal de restauración; entregadme todo vuestro ser y confiad en Mí Corazón, Yo me encargaré de todo lo demás que aqueja tu corazón hijita. Velad en el Amor; vela que en mi lecho siempre Os espero para compartir contigo las ansiedades y dolores de Mí corazón. Gracias hijita por responder una vez más a Mí Corazón. 4:31.a.m.